Gary Neville repasaba su pasado en el banquillo del Valencia Club de Fútbol, esta vez en el podcast “Off Script” de la cadena Sky Sports. El técnico inglés repasa su fatídico paso por la entidad che, donde dejó sensaciones de incapacidad para dirigir clubes de alto nivel y el pobre registro de diez victorias, siete empates y 11 derrotas en un total de 28 encuentros.
El británico llegaba a Mestalla en la temporada 15/16 tras el cese de Nuno Espírito Santo con los deberes de recuperar la ilusión y unión tanto de la plantilla, como de la afición. La leyenda “red devil” reconoce haber aceptado el puesto tras negarse en una primera tentativa, pero él mismo declara que finalmente aceptó por la fe que Peter Lim depositó en él. Gary Neville explica que la decisión de firmar por el equipo de la capital del Turia fue precipitada: “Fue una decisión que tomé en dos días y que fue influenciada por un poco de arrogancia y ego. Había estado en uno de los clubes más exitosos del mundo durante 20 años, me sentía indestructible». Neville dice que descubrió que cuando te enfrentas a algo para lo que no estás preparado ni cualificado, “te llevas la bofetada”.
Tras colgar las botas, Neville había alternado su puesto como ayudante en la selección inglesa y su trabajo como comentarista. Ahora mira al pasado y se confiesa: “Lo último que necesitaba el Valencia era un entrenador sin experiencia y lo último que necesitaba yo era personal sin experiencia».
Al llegar al club se reunió con su hermano Phil, quien ya había estado ejerciendo como ayudante de Nuno Espírito Santo. Fue este quien le advirtió del difícil trabajo que había por delante si querían arreglar el deteriorado estado del vestuario. “Debería haber visto las señales de advertencia mucho más rápido y haber entrado allí en modo de crisis. Mirando hacia atrás, subestimé estar en una liga diferente de un país diferente y el tamaño del trabajo», reconoce ahora Neville.
El exdefensa también se reprocha no haberse centrado en lo importante, ganar partidos y siguiendo con la autocrítica dice: “Estaba claro que algunos jugadores no estaban contentos y yo debería haber tomado grandes decisiones sobre aquellos que no estaban comprometidos con el club en ese momento», a lo que añade: «Eso fue débil de mi parte, debería haber sido decisivo».
Hasta tal punto llegó la desconfianza del técnico que declara: “No quería ir a entrenar, sentía vergüenza», también confiesa que “se sentía avergonzado por tener que usar traductor y es que él se considera un buen comunicador”.
El ex inquilino del banquillo valencianista también reflexiona sobre la presión de la prensa: «La prensa y los medios de comunicación fueron brutales». También medita sobre el poco apoyo del resto de entrenadores, entre los que destaca Ernesto Valverde, entonces en el Athletic Club de Bilbao. Sobre el Txingurri dice: “Cambió su sistema tres veces y siempre estuvo un paso delante de mí. Sentía como si estuviera jugando conmigo, como si fuera un pequeño títere».
Estas fueron las reflexiones de un Gary Neville que se volvió a mostrar crítico y sincero sobre su estancia en el banquillo de Mestalla. Experiencia a partir de la cual dice haber aprendido y madurado como entrenador.