La situación del Celta de Vigo y su reestructuración de plantilla para el próximo curso

Tras presentar un proyecto ambicioso, con la llegada de talentosos jugadores para formar un equipo competitivo, los planes del RC Celta de Vigo quedaron en vano, pues la posición del club en la tabla liguera, 17º, únicamente permite soñar con la salvación. Con una temporada de nuevo decepcionante, desde la directiva se aprovecha la situación por el COVID-19 para estudiar el rumbo del club en la próxima temporada.

No obstante, los planes de cara al próximo curso podrían verse seriamente afectados por la pandemia, y la consecuente crisis económica que se avecina. Para comenzar, la caída de ingresos es uno de los principales inconvenientes que tendrá que afrontar el Celta. Además, según desvela el CIES Football Observatory, el valor de mercado de la plantilla del club gallego puede caer en alrededor de 50 millones de euros en julio, considerando factores como la edad, rendimiento, tiempo restante de contrato, entre otros, si no se reanudan las competiciones.

Además, hay jugadores cuya continuidad en Vigo se podría ver seriamente afectada, son dos los que acaban contratos, Sergio Álvarez y Juan Hernández. Ambos futbolistas se encuentran sin sitio en la entidad celtista. Por lo tanto, sendas renovaciones no se valoran como opción por ahora. El caso del guardameta es que, a sus 33 años, quiere seguir en Vigo, pero le cerraría el rol como segundo portero al canterano Iván Villar.

Por otro lado, los jugadores cedidos (Jozabed, Emre Mor, Robert Mazan y David Costas) no han convencido a la directiva para formar parte de los planes de Óscar García. En el caso de David, si el Almería asciende deberá acometer su fichaje, según el acuerdo de opción de compra entre ambos clubes.

Y por último, con los cedidos en el club (Rafinha, Murillo, y Olaza por un lado; y Smolov, Bradaric, Jorge Sáenz y Pape Cheikh por otro) la directiva tiene diversos planes.

Los tres primeros son los jugadores que mejor han calado en el Celta y la entidad hará un esfuerzo por retenerlos. No obstante, la pérdida de ingresos pone difícil que el conjunto vigués fiche a todos los futbolistas dichos. Rafinha costaría alrededor de 17 millones, además de considerar el interés del Inter de Milán por el brasileño; Olaza cuatro, a razón de la opción de compra por el jugador; y Jeison Murillo 10 millones. Por tanto, un gasto de más de 30 millones que en estos momentos sería difícil de cubrir en su plenitud.

La segunda parte de la anterior lista son aquellos jugadores que no volverían a Balaídos. El salario de Smolov y su edad no permiten contemplar su vuelta; Jorge Sáenz, quien aún está ligado un año más con el Celta, no tiene protagonismo y podría volver a su club de origen; la situación de Bradaric no está del todo resuelta, el club vigués quiere retenerlo, pero las altas pretensiones del Cagliari dificultan la operación; y Pape Cheik no ha convencido al club.

Por lo tanto, la entidad celtiña, para hacer frente a los fichajes que desea, tendrá que buscar salidas a algunos jugadores del club por los que pueda sacar un beneficio económico, tales como los ya mencionados Jozabed, Mor, Mazan y Costas, y otros jugadores del primer equipo como Brais Méndez, a quien el club le ha buscado anteriormente una salida y presumiblemente volverá a hacerlo.

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