Edouard Phillipe, primer ministro francés, ha salido esta misma tarde a la palestra para confirmar que el fútbol no volverá hasta septiembre. Así pues, se presenta un escenario en el país galo sin precedentes. La temporada se dará por finalizada y la LFP tendrá que ingeniárselas para decidir la clasificación final.
Edouard Phillipe, como portavoz del país vecino, ha transmitido la noticia a los medios. Fue claro y tajante: «La Ligue 1 no podrá jugarse hasta septiembre. Los deportes se podrán practicar al aire libre, pero siempre de forma individual«. En cuanto al particular caso de los clubes franceses, añadió: «Los equipos de fútbol no podrán entrenar de forma colectiva, sí se podrán hacer entrenamientos individuales en lugares cerrados».
Este comunicado ha descolocado por completo a la Ligue 1. La LFP había acordado el pasado jueves un acuerdo entre los clubes y las televisiones para la vuelta de la competición. Es más, la idea era regresar progresivamente a los entrenamientos a partir del 11 de mayo.
Tras las palabras del primer ministro, ya está en marcha la toma de la próxima decisión. Según informa L’Equipe, la Federación y la LFP se reunirán en mayo para aclarar los ascensos, descensos y clasificaciones a competiciones europeas.
Un giro de acontecimientos que desemboca una serie de consecuencias insólitas en el fútbol francés. Los clubes no podrán obtener beneficio económico, algo que causará una crisis terrible en el mundo del deporte.