El rol de extremo moderno, el detrimento del extremo clásico y el resurgimiento de este último

El fútbol es un deporte que siempre está en transición. El balompié de hoy es distinto al de ayer, y será distinto al de mañana. Numerosos entrenadores con ideas nuevas aparecen y las llevan a la práctica de manera triunfal, con las consecuentes desapariciones de algunos roles en el juego, como de ese jugador libre de tácticas que te revolucionaba un partido o del líbero que ahora parece renacer con la figura de Edgar González.

El protagonista de hoy es uno de los principales detonantes de la aparente desaparición del extremo clásico, y hablamos del ‘falso extremo’ o ‘delantero en banda’, que es aquel jugador de banda con influencia del juego interior, dejando el carril para que lo exploten los laterales o carrileros.

“Extremo clásico”

Antes de adentrarnos a hablar del ‘extremo moderno’ o, como digo ‘falso extremo’, merece la pena hablar del ‘extremo clásico’. Uno de los principales ejemplos ha sido Ryan Giggs, sobretodo en su etapa desde 1992 hasta 1999. Lo que buscaba Giggs era atacar el espacio a la espalda defensiva del lateral que le marcaba, o bien recibir al pie e influir por zonas exteriores encarando al lateral. En España, tenemos claro el ejemplo de Míchel González, de la “Quinta del Buitre”, Figo en el Real Madrid de los ‘Galácticos’, Luque en el ‘EuroDepor’ o, más actual, Jesús Navas, ahora reconvertido a lateral. Como cualidades principales, este perfil de extremo era uno valiente, sin miedo al error, ágil y con capacidad de desborde. Y la máxima diferencia con el extremo actual es que vivía para dar goles, mientras que ahora el extremo vive para marcarlos.

Precisamente, este perfil de futbolista es el lateral o carrilero de hoy en día. Jugadores como Jesús Navas, volviendo a uno de los ejemplos de antes, han tenido que reconvertirse y adoptar ciertas cualidades defensivas en un fútbol donde las bandas quedan libres por las diagonales que liberan los extremos actuales y que tienen que ocupar los propios laterales, que antiguamente no pasaban de mediocampo. Otros futbolistas como Marcelo, Roberto Carlos o Gayá son, o han sido, estos laterales reconvertidos, que probablemente de jugar 20 años atrás serían extremos.

“Extremo moderno”, “extremo interior” o “delantero en banda”

Entonces, el ‘falso extremo’ es aquel jugador “en banda”, cuya influencia en el juego la tiene por el interior de campo, aquel jugador que tira diagonales hacia dentro y suele jugar a pierna cambiada. Los claros ejemplos durante estos últimos años han sido Arjen Robben, Leo Messi o Cristiano Ronaldo, y más actuales Salah y Mané.

Precisamente, a mi parecer, Cristiano Ronaldo es un ejemplo de transición entre el extremo de antes y el de ahora, hasta el punto de que ha acabado como delantero, a raíz de la veteranía que tiene. Si bien es cierto que en categoría juvenil el luso empezó de punta, Laszlo Boloni, su primer entrenador como profesional, le hizo debutar desde la banda derecha por sus cualidades. Velocidad y regate para la banda a pie natural y sin ser goleador, así empezó en el Sporting y continuó en el United

Ya en Inglaterra, bajo la tutela de Sir Alex Ferguson, evolucionó como futbolista y, junto a su hambre por mejorar, comenzó a explotar su capacidad goleadora. En el Real Madrid se vio al completo su faceta como extremo moderno, aunque ciertamente su nivel de juego le daba bastante libertad táctica y de movimientos. Pero, si que es cierto que ha sido un jugador que atacaba zonas interiores para conseguir aportar el máximos goles. Finalmente, ya en la Juventus, con su veteranía y progresiva pérdida de velocidad es donde mejor encaja en el perfil de delantero.

Trasladándonos a LaLiga, y más si cabe a los jugadores españoles, estamos viendo como esa tendencia desplaza a muchísimos delanteros a la banda. Los más claros ejemplos son: Iago Aspas, Gerard Moreno, Rodrigo, Oyarzabal, Ángel o Morales. Si algo relaciona a todos estos jugadores es su capacidad de lanzar diagonales, y son estas famosas diagonales las que crean el espacio que aprovecha el lateral.

Pero no es en LaLiga donde existe el ejemplo más claro, si no en la Premier, concretamente en el Liverpool, donde vemos a dos claros ejemplos como los ya mencionados Mané y Salah. Ambos futbolistas se colocan entre el lateral y el defensa, desentendiéndose prácticamente de la banda, y aprovechando los movimientos con y sin balón de Firmino, que es una de las grandes claves de las estadísticas goleadoras de ambos “bandas”. En las últimas dos temporadas, 78 goles y 30 asistencias reúnen juntos Salah y Mané. Concretamente, 38 tantos y 16 pases de gol lleva el egipcio, por los 40 goles y 14 asistencias del senegalés.

Si bien es cierto que este tipo de futbolista es uno de los “culpables” del casi exterminio del extremo clásico, no son los únicos. El juego tan posicional que se está contemplando en los últimos años y el centrocampista en banda, con, por ejemplo, el famoso 1-4-4-2 en rombo, también chocan con la idea de este futbolista tan desequilibrante como es el antiguo extremo.

No obstante, son los propios equipos grandes de Europa quienes demandan jugadores que entren en un estilo de juego menos posicional y más de desborde. Claros ejemplos son: el Real Madrid con Vinicius Junior, Valencia con Ferrán Torres o Bayern de Munich con Coman. Por lo tanto, puede ser que, con la constante evolución del fútbol, el extremo exterior pueda volver a ser habitual en el panorama europeo y le haga competencia al actual el extremo interior.

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