El uruguayo Walter Pandiani ha mantenido una interesante charla online con diversos aficionados, en la que ha dejado declaraciones claras y sinceras sobre su forma de entender el fútbol, algo tan simple y a la vez tan complejo.
El de Montevideo colgó las botas en 2016 tras un breve paso por el Lausanne Sport suizo, y aquel mismo verano, decidió iniciar su primera experiencia en el banquillo como entrenador del Masnou CD de Barcelona. Actualmente, Walter se encuentra sin equipo tras dimitir el pasado mes de diciembre como entrenador del Lorca FC de Tercera División.
El Rifle ha pasado a la historia como uno de los mejores delanteros extranjeros de nuestra Liga por su rapidez, su olfato de gol, y por supuesto, su incansable lucha. Fue todo un líder dentro y fuera del verde. En este sentido, Pandiani ha asegurado que ahora, como entrenador, intenta transmitir esa misma idea a sus jugadores. «En mis equipos, en los que yo entreno, siempre somos así, yo quiero que mis futbolistas lo den todo, como era yo, el que baja los brazos le exigimos aún más«.
Walter también recordó sus inicios y realizó una comparación entre el jugador uruguayo y europeo. «El jugador uruguayo lo da todo, lo lleva en la sangre, y el argentino igual, el jugador en Europa es más frío, no ha tenido tanta necesidad. Quizás los veteranos sí tuvieron que pelear en campos de tierra, pero los jóvenes con grandes campos, hierba artificial, grandes vestuarios… todo listo y no han vivido las penurias para poder entrenar. El europeo no le da el valor real; en Sudamérica, sí».
«Por ejemplo en mi país si no juegas en Peñarol o en Nacional es muy complicado salir, yo debuté en Primera y después trabajaba 12 horas en mi trabajo, porque el dinero no me llegaba no te quedaba más remedio, el hambre que tiene el jugador sudamericano no lo tiene nadie, si no pasó apuros él, los pasó el compañero, o 10 compañeros que tiene. El cien por cien de los jugadores uruguayos da el máximo, nos tienen que cortar una pierna para sacarnos del campo, ése es el valor real, tuvimos que pelear muchísimo allá y aquí en Europa», explicó.
Pandiani se refirió también a los entrenadores que más le han marcado durante su carrera futbolística: «En España depende de los procesos que llevaba como futbolista… Gregorio Manzano en Mallorca, Camacho en Osasuna, que le gusta ganar hasta las canicas, Pochettino lo tuve en el Espanyol y aprendimos el juego combinativo, y Marcelino en Villarreal también fue muy bueno conmigo cuando ya tenía 37 años y estaba en Segunda».
Para terminar, el uruguayo hizo especial mención a tres jugadores que le impresionaron y eran puro espectáculo en cada entrenamiento. «De la Peña, Valerón, Heskey… quizás sean los tres jugadores de más calidad que compartí momentos y equipos muy buenos», aseguró en su entrevista con los compañeros de Fondo Segunda.
Pandiani dejó huella en muchos equipos de nuestra Liga, especialmente en Osasuna, Mallorca y Deportivo, con los que consiguió levantar tres Copa del Rey y dos Supercopas de España en tan sólo seis temporadas. Su valor, coraje, entrega y su lucha le hacían único. Ahora tiene el reto de inculcar esa misma idea en las futuras promesas de nuestro fútbol.