En los últimos meses, la imagen de Diego Costa se ha deteriorado debido a las numerosas ocasiones que ha sido noticia por cosas ajenas al fútbol. Justo antes del parón tenemos el recuerdo de aquella noche de Anfield, en la que el futbolista del Atlético de Madrid, totalmente enfurecido propinó un patadón a unos bidones de agua. Tras el partido, atravesando la zona mixta, se mofaba del coronavirus simulando que tosía. En aquel entonces, la enfermedad aún no era globalmente conocida.
Han pasado tres meses, y parece que ha regresado el mejor Costa. Tras el confinamiento, el jugador se presentaba en el Cerro del Espino de Majadahonda en una estupenda forma física. Fino y estilizado, recordando a aquel de las mejores épocas, incluso con varios kilos por debajo. Un riguroso control alimenticio y un trabajo físico añadido al ya impuesto por el Profe Ortega, han transformado al ex del Chelsea.
Tanto es así que el sábado partía de titular en el regreso del equipo colchonero en San Mamés ante el Athletic Club, y a eso del minuto 30, justo después del gol de Muniain, hacía el empate, volviéndose a encontrar con el gol ocho meses después.
Sin duda, el hispano-brasileño se ha convertido en una de las gratas sorpresas para esta recta final del campeonato y Simeone quiere volver a ver la mejor versión del ariete.