El Celta de Vigo es uno de los equipos de LaLiga que disputarán la permanencia hasta las últimas jornadas de la competición. Exceptuando el encuentro con el Mallorca, el equipo gallego ha conseguido puntuar en sus últimos seis partidos, y parece haber encontrado cierta estabilidad en sus resultados. A pesar de todo lo anterior, el club celtiña ha confirmado hace escasas horas la gravedad de la lesión de uno de sus pilares en el campo: Rubén Blanco.
El equipo ha emitido un reciente comunicado en su página oficial donde confirmaba la negativa noticia: el guardameta titular estará de baja entre cuatro y cinco meses, a causa de un arrancamiento completo del tendón directo del recto femoral derecho, producido en el tramo final del partido ante el Atlético de Madrid (correspondiente a la jornada 35).
Debido a esta novedad, al Celta se le acaban las opciones en la portería (pues Sergio Álvarez, que sería la opción más clara, también se encuentra lesionado). Por este motivo, el club gallego deberá apostar por la juventud de su tercer portero, Iván Villar, hasta el final de la presente campaña. El guardameta de 23 años únicamente ha disputado un partido en Primera, aunque ha mostrado un rendimiento satisfactorio en las categorías inferiores del conjunto celeste.
Esta situación supone un evidente problema para un Celta que ya había asentado los cimientos de su portería para el resto de la temporada. Sin embargo, si todo sale bien, el club puede tener la oportunidad de descubrir a una apuesta de futuro en la posición, y lograr su principal objetivo: mantener la categoría para el año que viene.