Cádiz CF y Granada CF se enfrentaron en el día de ayer en el Ramón de Carranza en un encuentro correspondiente a la quinta jornada de LaLiga Santander. El partido se saldó con reparto de puntos, tras un empate a uno, del cual el Cádiz (más que el Granada) se quedó con sabor agridulce porque fue perjudicado en las decisiones arbitrales. La polémica estuvo servida durante toda la segunda parte y es que el colegiado del encuentro no tuvo su mejor día.
La primera jugada polémica del partido, quizás menos relevante que las restantes, aparecía en la primera parte del encuentro. José Mari levantaba con demasiada fuerza su pierna derecha para despejar la pelota ante Kennedy y, al bajarla, el futbolista del Cádiz golpeó con los tacos al jugador brasileño sin tener tiempo de reacción. El árbitro señaló falta por juego peligroso y sancionó al roteño con amarilla, sanción que para algunos fue insuficiente ya que pedían su expulsión. En esta jugada al menos sí que actuó el criterio del árbitro que tomó la decisión de amonestar al futbolista.
Ya en el segundo tiempo, en un balón centrado al área, Ledesma iba a protagonizar un choque sobrecogedor con su compañero Salvi, que quedó inmóvil en el terreno de juego durante unos minutos. Finalmente tuvo que ser sustituido abandonando el campo en camilla. En esta misma jugada, el jugador del Granada CF, Roberto Soldado, agredió a Iván Alejo cogiéndole del cuello y provocando una acción digna de ser sancionada. Tanto Alberola Rojas como los árbitros de la sala VAR hicieron «vista gorda» y no revisaron la jugada. Tampoco sancionó al futbolista nazarí.
Llegando al final del partido, en el minuto 85, iba a llegar la jugada más polémica de toda la jornada e, incluso, de lo que va de temporada. Tras un centro desde la banda derecha, Alberto Perea recogía el balón dentro del área y segundos más tarde, D. Foulquier iba a arrollar por completo al jugador cadista que cayó de inmediato por la entrada del francés. El penalti era clamoroso. Tanto los jugadores como los espectadores desde casa esperaban que Alberola Rojas fuera a revisar la jugada al VAR porque se podía entender que no pudiera verlo tan claro en directo. Pero tampoco iba a ser así esta vez. El partido se siguió disputando con total normalidad y tanto el señor colegiado como sus ayudantes en sala VAR iban a cometer un error gravísimo, perjudicando de sobremanera al equipo de Álvaro Cervera.
El VAR llegó al fútbol para ayudar a los árbitros y para corregir posibles errores de los mismos. Por lo que pareció, ayer mismo en Carranza no se usó para ello. Quizás, Alberola Rojas habrá pasado una mala noche después de que viese en diferido el clamoroso penalti que no quiso señalar en el partido de ayer. Incomprensible. Como dijo Cervera en la rueda de prensa posterior al partido: “No hay más explicación que no querer pitarlo”.