El Nuevo Los Cármenes acogía un encuentro muy interesante en el que los protagonistas de la contienda llegaban con el mismo objetivo, los tres puntos. El Granada recibía a un Real Valladolid con la ambición de sumar una nueva victoria y mantener las buenas sensaciones que dejó frente al Athletic la pasada jornada. Mientras, los locales buscaban no perder terreno en la zona europea, pues otra derrota supondría la pérdida de tres puntos muy valiosos.
El conjunto de Diego Martínez salió de inicio con un 4-2-3-1, recuperando a algunos de los jugadores que causaron baja por los positivos en COVID-19 tras el encuentro con la Real Sociedad, pero muy mermado de nuevo por esas bajas que todavía impiden jugar a futbolistas muy importantes para el equipo nazarí.
Por su parte, los blanquivioletas se lanzaban a la conquista del Nuevo Los Cármenes con su clásico 4-4-2, con los mismos futbolistas que lograron doblegar a los leones en su visita al José Zorrilla la pasada jornada, y en busca de conseguir los tres puntos que saquen a los hombres de Sergio González del descenso.
Comenzaba la contienda con un Valladolid que salió con muchas ganas. Delante, un Granada muy atento y centrado en defensa. La primera ocasión la tendrían los visitantes, con un centro-chut de Fabián Orellana que terminó marchándose por encima del larguero. En el minuto tres tendría la primera clara el Valladolid, tras un gran pase de Guardiola a Óscar Plano, que se queda solo. El interior se perfilaba para disparar con su pierna menos dominante y el disparo se marchaba fuera.
Pasaban los minutos y el Granada trataba, de manera paulatina, tomar el control del encuentro, pero los blanquivioletas no bajaban la intensidad. En el minuto diez los locales dispondrían de su primera ocasión tras un centro que remataba Jorge Molina con la cabeza, que llegaba flojo a las manos de Masip. En el 14, Luis Milla tenía una clara ocasión en una jugada ensayada del Granada que se iniciaba con un saque de esquina, pero de nuevo el meta catalán detuvo el remate. La réplica sería inmediata, con una jugada en solitario de Marcos André que no tuvo éxito gracias a la defensa nazarí. Muy activo el brasileño en ataque en la primera mitad, dejando detalles de gran calidad.
En el minuto 25, Guardiola recibió una falta de Gonalons y las asistencias médicas pucelanas se veían obligadas a entrar, pues el delantero no se podía levantar. Finalmente, el atacante blanquivioleta se reincorporó al encuentro. El partido mantenía un ritmo eléctrico, de ida y vuelta, las ocasiones se repartían para ambos equipos. En el minuto 36 el árbitro mostraría la primera cartulina amarilla del encuentro, que la vería Gonalons tras una falta sobre Óscar Plano. Dos minutos después, Carlos Neva recibiría también la tarjeta amarilla tras una fuerte entrada sobre Guardiola, era la segunda para el equipo local. Al filo de la primera mitad el Valladolid dispuso de una nueva ocasión a la contra, sería a través de Guardiola, que ganaba en carrera a Germán pero dispararía demasiado cruzado a favor de su equipo. Su remate se marchaba por escasos centímetros. En la siguiente jugada Fede San Emeterio recibiría la primera tarjeta amarilla para los suyos.
En esa falta en la que el centrocampista veía la amarilla, Germán estuvo a punto de abrir el marcador a favor de su equipo, su remate se marchaba por muy poco, era la más clara del Granada en la primera mitad. Y sería en la última de la primera parte, tras un centro de Guardiola, cuando Óscar Plano remataba un complicado balón con la cabeza para quitarse la espinita del fallo inicial para adelantar a los suyos. Gol psicológico para un partido que se iba al descanso con una segunda parte prometedora.
Comenzaba la segunda mitad del encuentro con el mismo ritmo que la primera, pero algo más calmado. Y en el minuto 53 de encuentro el Valladolid ampliaba su renta. Marcos André, en una jugada individual de nuevo, anotaba el segundo tanto para los suyos, y el segundo consecutivo para él. De inmediato, el Granada ejecutaba un triple cambio para dar un respiro a sus filas e intentar revertir la situación. El Granada trataba de resurgir de sus cenizas, pero el Valladolid no baja la intensidad. Los visitantes mostraban una gran solidez defensiva y una conciencia colectiva de equipo que eran difíciles de batir.
Y el 63 el partido sufriría un giro inesperado. A balón parado, en un saque de esquina, Domingos Duarte remataba con con el pie, prácticamente solo, y mandaba el balón al fondo de la red para recortar distancias y dar emoción al encuentro. Los locales se mostraban más atrevidos y confiados tras el gol, habían empezado a encontrarse cómodos y a imponer su ritmo. En el 67 se marchaba Fabián Orellana para dar entrada a Saidy Janko, que volvía a jugar tras su lesión, y Hervías pasaba al extremo. El Granada seguía apretando y el Valladolid aguantaba, había bajado su intensidad en ataque pero no en la zona de atrás.
En el 75, el Real Valladolid realizaba un triple cambio para introducir piernas frescas sobre el campo y así hacer más fácil defender el resultado. Javi Sánchez regresaba al campo tras varias semanas lesionado y Jota realizaba su debut con el equipo blanquivioleta, también entraba Toni Villa. El Granada realizaba un cambio más, retirándose Montoro y entrando Soro, un cambio ofensivo para buscar la igualada. Restaban diez minutos de encuentro y la tensión se respiraba en el ambiente. Ambos equipos habían puesto la directa hacia el área rival y había vuelto ese fútbol de ida y vuelta del primer periodo, pero con un cansancio palpable en los rostros de los jugadores que llevaban más minutos sobre el terreno de juego.
Y en el minuto 89, Jota hacía honor a aquella película llamada «Mejor, imposible». Robo casi al borde del área, se planta frente al portero y define fantásticamente para anotar su primer tanto con el Real Valladolid en el día de su debut. Cuatro minutos añadió el colegiado a un partido que ya estaba sentenciado. Pitido final y tres puntos nuevos para un Valladolid que salía del descenso y que hacía perder bastante terreno al Granada en zona europea que, por más que lo intento, no pudo con un gran Valladolid.