El sevillismo está indignado. En el Sevilla, nadie entiende cómo no se pudo pitar la clara mano de Balenziaga en el área, un penalti que podría haber cambiado por completo el resultado del partido. Por si fuese poco, Gil Manzano amonestó a Lopetegui al final del encuentro y no podrá estar en el banquillo ante el Real Madrid.
La polémica tuvo su origen cuando el balón ,antes de llegar a coger altura, el balón golpeó en la mano del defensor bilbaíno, cuya acción podría haber desembocado en un penalti vital para el Sevilla. Si se hubiese señalado la pena máxima y el conjunto hispalense hubiese anotado el penalti, el Sevilla hubiese rascado un punto de oro para acercarse más al líder de la competición, el Atlético de Madrid.
Como era esperado, Lopetegui cargó contra el arbitraje: “Nos han pitado muchos penaltis bastante más dudosos y no lo ha visto ni él ni el VAR. El Sevilla ha tenido mala suerte. Hoy no lo han visto y es una pena, ya que nos merecemos luchar por lo que nos hemos ganado durante la temporada”.
Ante la insistencia de éste, Gil Manzano le amonestó al final del partido, una cartulina que le impedirá sentarse en el banquillo ante el decisivo encuentro frente el Real Madrid.
El propio colegiado reflejó en el acta que mostró la tarjeta amarilla a Julen ante la insistencia de este en que le explicara su aplicación del reglamento en la mano de Balenziaga a centro de Jesús Navas en el área.
El acta recoge lo siguiente: “En el minuto 90 el técnico Lopetegui Agote, Julián, fue amonestado por el siguiente motivo: una vez finalizado el partido y encontrándome aún en el terreno de juego, dicho entrenador se dirigió a mí para saludarme aprovechando este momento para que le explicara una acción del partido. Tras indicarle que se retirara al túnel de vestuarios y que allí le comentaría cualquier duda que tuviera, continuó con su insistencia para que le explicara en ese momento la acción, viéndome en la obligación de mostrarle la tarjeta amarilla”.
Dicha narración mencionada anteriormente no concuerda con lo comentado por el propio entrenador del Sevilla en rueda de prensa: “No le pido explicaciones al árbitro. Le he dado la mano y me ha sacado amarilla. No ha habido nada más. No le he dicho nada y me ha sacado la quinta amarilla. No ha habido nada más que eso. No merecía la amonestación porque no le pedí explicaciones. La jugada la hemos visto todos y es penalti clarísimo”.
Tras esta polémica actuación arbitral, la derrota del Sevilla por 0-1 ante el Athletic, les sigue dejando en la cuarta plaza a seis puntos del líder.