Mayo siempre es un mes especial para los sevillistas. De alguna manera u otra, el Sevilla FC mantiene a sus aficionados en vilo durante ese mes año tras año. Y es que, tal día como hoy, hace cinco lustros, el equipo andaluz conquistó el trofeo que iniciaría su despegue en la competición europea: la UEFA de Eindhoven.
Tras un recorrido de sobresaliente por el campeonato, el equipo español se plantó en las semifinales de la competición y se encaró con el Shalke 04. Un duelo nostálgico para los rojillos, en el que el legendario Antonio Puerta sentenció el encuentro cruzando un esférico imposible para el guardameta rival en un emotivo jueves de feria. A partir de ese momento, los hispalenses comenzaron a saborear la plata y el sueño parecía hacerse realidad.
Aquella final, datada para el 10 de mayo del 2006, se ha quedado grabada a fuego en la mente de los seguidores hispalenses. Las calles holandesas se llenaron de aficionados rojiblancos que esperaban ver a su equipo levantar un título tras cincuenta y ocho años de sequía.
En un partido donde los nervios estaban a flor de piel, la balanza se decantó por el cuadro andaluz, que derrotó a su rival por cuatro goles a cero firmados por Luis Fabiano, Kanouté y Maresca.
Pero éste no sería el único galardón que reservaría su plaza en la vitrina de Nervión. Un año después de hacerse con el primer título continental, les hicieron hueco a tres trofeos más en el Ramón Sánchez-Pizjuán: otra UEFA, una Supercopa de España y una Supercopa de Europa.
El premio de Eindhoven tendrá siempre un lugar especial en el corazón de los sureños ya que, además de ser el primer palmarés del club en el siglo XXI, fue el encargado de marcar el principio de la era dorada del Sevilla.
Foto vía: Sevilla FC