Leipzig y Bayern han empatado a dos en el Red Bull Arena. En un duelo correspondiente a la sexta jornada de la Bundesliga, donde los de Marco Rose supieron aprovechar muy bien sus posibilidades. Frente a un rival que sigue generando dudas.
Primera parte
El partido empezó con el cuadro dirigido por Thomas Tuchel asumiendo la iniciativa en el juego sin complejos. Se apoderó del balón y consiguió arrinconar al Leipzig en su área con una intensa presión alta. Pese a ese control del juego, las ocasiones no serían abundantes y se producirían como consecuencia de la insistencia, más que por una superioridad táctica propiamente dicha.
Después de esta fase inicial en la que se vio arrinconado, el conjunto lipsiense adelantó sus líneas e intentó alcanzar una mayor continuidad con la pelota. Este cambio de actitud únicamente conseguiría que las secuencias de pases del vigente campeón se concentrasen en el segundo tercio de campo.
No obstante, el fútbol volvería a demostrar lo caprichoso que puede ser cuando Openda adelantó a los anfitriones en el marcador. En una jugada que se inició en un saque de banda favorable y fue resuelta en tres pases. Pura verticalidad germana. Con el 1-0, los dirigidos por Marco Rose lograrían llevar el partido hacia su terreno. Forzaron al Bayern a asumir más riesgos en su ataque posicional, con las posibilidades de transitar que esto les ofrecía.
El plan del Leipzig no ofrecía lugar a dudas y esta mayor decisión le permitiría ampliar su ventaja por medio de Lukeba. En un saque de esquina que el ex del Olympique de Lyon recogió en el corazón del área, tras un rechace de Openda. A tenor del 2-0, las dudas del conjunto muniqués se acentuaron y su juego con la pelota pecó de lineal y de monocorde. Viéndose incapaz de superar la segunda línea del oponente, mientras que este se agigantaba con cada recuperación y explotaba sus posibilidades con gran verticalidad.
Segunda parte
La segunda mitad comenzó con un guión muy similar al de los primeros 45 minutos: los bávaros dominaron, mientras que los sajones se dedicaban a defender en su mitad de campo y a contraatacar. Esta sinopsis derivó en un choque cerrado y con pocas situaciones de verdadero peligro. Sin embargo, todo cambió cuando Henrichs tapó con el brazo, desde la barrera, un libre directo lanzado por Sané. Esto sirvió a Harry Kane para recortar distancias de penalti.
El 2-1 no tuvo un impacto excesivo en el proceder de ambos equipos, aunque sí que acentuó la tendencia que se advertía en el juego. El dominio del Bayern se agudizó y sus ofensivas tomaron otro cariz con acciones más punzantes por bandas y remates más contundentes desde media distancia. Mientras que en la otra cara de la moneda, el Leipzig optó por adelantar sus líneas y dar rienda suelta a su creatividad empleando a más efectivos en cada transición.
Como consecuencia de ello, los de Thomas Tuchel conseguirían igualar el partido. Con un contraataque fulgurante en el que Musiala asistió a Sané, después de un córner en contra que nadie consiguió rematar. El empate no desanimaría a los de Marco Rose, a pesar de que estaban dilapidado una ventaja de dos goles. Pero sumió el enfrentamiento en el caos. Ya que los «toros rojos» mantuvieron la misma actitud agresiva previa al gol y vertieron la mayor cantidad de ataques del partido.
Del mismo modo, la «estrella del sur» optó por capear el temporal, consciente de que el empate era valioso, tal y como había transcurrido el duelo. Finalmente, este llegaría a su ocaso con llegadas de ambos equipos, pero pocos remates peligrosos.
Tras este encuentro, el Leipzig cae a la quinta posición con 13 puntos, antes de recibir al Manchester City en la Champions League. Mientras que el Bayern cae a la tercera posición con 14 puntos en la antesala de su visita al Coppenhague en Champions.