Hace exactamente 63 años nació en Lanús, Argentina, una de las mayores leyendas del país americano, Diego Armando Maradona. El campeón del mundo en sus años como futbolista maravilló, no solo a su país, sino al mundo entero con su magia y con el mimo que le trasmitía a la redonda. Muchos amantes del deporte rey lo clasifican como «el mejor jugador de la historia«.
Los inicios de Maradona
Maradona empezó sus andaduras como profesional en el Argentinos Juniors. Allí estuvo durante cinco temporadas, en las cuales marcó absurda cantidad de 115 goles, los mismos que con el club en el que se convirtió en leyenda. En el año 79, el mediapunta pudo ser internacional con su selección y fue al mundial sub-20. Los de la albiceleste se llevaron el triunfo a casa gracias a «El Pelusa». El propio Maradona comentó en una entrevista el por qué le llamaban así: “Cuando nací tenía pelos por todos lados, entonces me pusieron así”, pese a que todo el mundo lo achaque a su corta estatura (1,65m) y el pelo que tenía. Estos «temporadones», especialmente el último en el que en 45 encuentros anotó 43 tantos, le dieron la oportunidad de fichar por uno de los más grandes de Argentina; el Boca Juniors.
Comenzaban los años 80, y con ellos una nueva etapa de «El Diego» en «Boca». En su primera etapa en el club azul y dorado solo duró una campaña. No obstante, le dio tiempo a anotar 28 goles y a llevarse el título de «Campeón de Argentina», un trofeo con el que sueñan todos los «pibes» de la albiceleste. Cuando ya había cumplido su sueño de ganar el mayor título de su país, decidió poner rumbo al viejo continente, más concretamente a España.
La conquista de Europa
Desde la temporada 82 hasta la 84, Maradona estuvo a las órdenes de tres técnicos distintos en su etapa en el FC Barcelona. Seguro que, si le preguntan a un futbolero que les diga una foto «del Diego», este les enseñará una con la camiseta albiceleste, otra con la de un club italiano, que casualmente viste con los mismos colores y del cual se hablará más adelante y la del Barça. En 58 partidos con la elástica blaugrana, el argentino acertó un total de 38 dianas y ganó un total de tres títulos: Liga, Copa del Rey y Supercopa.
En el club catalán vivió uno de los partidos más intensos de su trayectoria. Este no es otro que la final de la Copa del Rey del 84 ante el Athletic Club, la cual se llevaron los bilbaínos. El encuentro se convirtió en una verdadera batalla campal, llegando a formarse una pelea que asustó a más de uno. Las patadas y los puñetazos volaban ese día y Maradona acabó lesionado. «El genio» decidió no jugar durante más tiempo en el Camp Nou y se marchó a la Serie A, pero en vez de ir a un equipo «top» como el Milan o la Juventus, se marchó a un conjunto humilde, al Napoli.
El mito, la leyenda
Su etapa en Italia tuvo sus claroscuros. Fue cuando mostró su máximo talento como futbolista, pero sus problemas extraoficiales, en especial con las drogas, mancharon durante un tiempo su legado. Siete temporadas estuvo en el conjunto italiano. En todos estos años disputó un total de 259 encuentros y anotó 115 goles. Consiguió darle su primer y segundo scudetto a los Gli Azzurri, siendo los únicos del club hasta el año pasado. La vitrina de trofeos se llenaba poco a poco, y es que aparte de la liga italiana también ganó una Supercopa, una, lo que sería hoy en día, Europa League, una Coppa de Italia y un logro al máximo goleador de esta. En Nápoles es todo un icono, siendo la mayor leyenda de la región y casi una religión para ellos.
En esta época «el 10» logró el mayor hito que puede lograr un futbolista; hacerse con la copa del mundo. El mundial de 1986 le dio la segunda estrella a Argentina en una final ante Alemania en la que los americanos ganaron por tres goles a dos, siendo el tercer tanto a tan solo cinco minutos de acabar. Esta copa del mundo dejó un partido icónico; el Argentina – Inglaterra. En un momento geopolítico muy complicado entre estas dos naciones, les toco enfrentarse en los cuartos de final. Los albicelestes vencieron por dos a cero con un doblete de Maradona. Ambos goles son unos de los más icónicos del deporte.
El primero, «la mano de Dios», apodada así por las declaraciones del propio Diego tras el encuentro, admitiendo que le dio «un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios». El segundo gol, tan solo cuatro minutos más tarde, fue el llamado «el gol del siglo», ya que regateó a todo el equipo contrario desde la mitad del campo. Seguro que os sabéis de memoria la narración; «Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial…». Curiosamente, en el Mundial de 1990 fue Alemania la que ganó a Argentina en la final por un gol a cero.
El ocaso de Maradona
Tras esto, «El Diego» volvió a España, esta vez a Sevilla. Tras una temporada se dirigió a Argentina a un club que daría vida a un tal Lionel Messi, el Newell’s Old Boys. El «D10S» volvió al Boca Juniors para, tras tres temporadas que pasó sin pena ni gloria, retirarse. El exjugador, quiso probar suerte como técnico, siendo su mérito más destacable entrenar a la selección argentina de Messi en el Mundial de 2010.
Tristemente, «El Pelusa» nos dejo hace ya casi tres años. A día de hoy sigue siendo una herida que no termina de sanar en el corazón de los amantes del fútbol, más aún sabiendo que no pudo ver como su selección conseguía la tercera estrella. Aunque, seguro que desde allá donde esté, Maradona ayudó a Messi y compañía a ganar el Mundial. Es por esto que, no hay que estar tristes, ya que donde haya una pelota, allí estará Diego.
Foto vía: es.mancity.com