Hace cuatro años, Cristiano Ronaldo mostró quién es en Champions anotando un hat-trick para remontar el 2-0 sufrido en la ida de cuartos ante el Wolfsburgo.
El Real Madrid venía de una derrota sufrida en Alemania por 2-0 ante el Wolfsburgo, tras realizar un partido nefasto, y que hacía presagiar una tragedia, ya que los blancos estaban eliminados de la Copa del Rey y a una distancia considerable del Barcelona en LaLiga, que era el líder. Fue un mazazo durísimo, ya que el equipo venía en mejoría tras la llegada de Zidane, y nadie esperaba esta derrota, además contra un rival inferior. Si el Real Madrid quedaba eliminado en Champions en cuartos contra el Wolfsburgo, sería prácticamente el final de la temporada para el club blanco.
Aun así, quedaba la vuelta en el Bernabéu, y los aficionados esperaban una de esas noches mágicas que el Bernabéu había vivido en más de una ocasión.
Y Cristiano tardó 17 minutos en hacer creer a la afición blanca en que la remontada era posible. El portugués remató un pase de Carvajal en el minuto 16, y justo un minuto después, cabeceó un córner lanzado por Kroos para empatar la eliminatoria. La pesadilla se convirtió en sueño gracias al héroe madridista. Al Madrid se le ponía todo de cara en ese encuentro, ya que, además de igualar la eliminatoria de forma tan prematura, se lesionó Julian Draxler, el mejor jugador con diferencia de ese Wolfsburgo.
Tuvieron que pasar varios minutos, hasta el 77’, para que el Madrid marcara el gol definitivo que reafirmaba la remontada blanca. Y fue, de nuevo, Cristiano, con un tiro libre, el que puso el broche final a una noche histórica.
Se cumplen cuatro años de una noche gloriosa más en el Bernabéu, de una remontada histórica, recordando a esos partidos de hace varias décadas, en los que la leyenda blanca Juanito se iba del campo saltando de alegría, uno de los gestos más legendarios que se recuerdan en Chamartín. De una manera u otra, Cristiano, ese día, fue para la afición blanca, su Juanito.