En uno de los enfrentamientos más atractivos de la semana en el panorama europeo, llegaba Mourinho a Anfield como flamante líder de la Premier frente al vigente campeón. Los locales, con el derecho de la posesión concedida, fueron los que propusieron más en el partido, ante unos Spurs que, con mucha productividad se dedicaron a lanzar transiciones veloces durante los 90 minutos.
El técnico portugués fue fiel a su idea de ante grandes equipos, intentar restar su potencial mediante una acumulación de jugadores por dentro, dejando así las bandas libres y aprovechando su superioridad aérea para sus posteriores contraataques. Por su parte, El Liverpool fue el que acumuló mas planos cortos del realizador, evidente dominador de la pelota pero sin poder conseguir ese juego entre líneas que hace ser a los reds mucho más peligrosos.
El dominio era local y las ocasiones se sucedían una tras otra. Pero, cualquier recuperación londinense servía a los de Mourinho para buscar a Kane y que, el internacional inglés buscara las piernas de los ágiles Bergwinj y Son Heung-Min.
Tras un primer aviso de Salah, que encontró una gran respuesta de Lloris, el egipcio, al segundo intento, mandó el balón al fondo de la red. Eso sí, el atacante contó con cierta ayuda tras desviar el esférico un defensor.
Jürgen Klopp celebró entusiasmado el primer gol de Salah, el cual les puso 1-0 tras 30′ de asedio local. No duró la felicidad en la gradas The Kop ya que, el surcoreano Son aprovechó un despiste defensivo y batió con mucha sangre fría a Alisson (1-1).
Una vez más Mourinho lo conseguía, con sus armas, con su propuesta, salía a la segunda mitad con los mismos goles que el rival, superior en cuanto a posesión pero seguramente no en control del encuentro.
Una segunda parte completamente diferente
Tras la reanudación, el guión de partido cambió completamente. Los chicos de Mou eran ahora los que mandaban sobre el terreno de juego y las ocasiones eran suyas en su plenitud. De hecho, los ‘spurs’ coquetearon con el gol en tres ocasiones.
Nada más arrancar la segunda mitad, Bergwijn perdonó a su rival después de no acertar ante Alisson. Poco después, Kane, en un regalo de Alisson, intentó superar al brasileño y este respondió con creces mientras retrocedía a la portería.
Y la tercera fue de nuevo para Bergwijn. El neerlandés recibió al espacio y mandó el balón al travesaño. Su entrenador no se lo podía creer. Había tenido oportunidades para haberse adelantado en el marcador.
Pero la cosa no quedó ahí. Tras irse el balón a córner, Kane remató completamente solo en boca de gol y mandó el balón alto. No estuvo acertado en la definición y dejó escapar otra.
Y en esto del fútbol si perdonas lo acabas pagando. Justo cuando entraba el choque en el 90′, Firmino, en un saque de esquina, entró como un rayo al área y cabeceó para ganar el partido y poner líder al Liverpool. Éxtasis en Anfield y no era para menos. Los ‘reds’ tomaron el liderato y dejaron al Tottenham tres puntos por detrás