El Bayer Leverkusen de Peter Bosz sigue sorprendiendo a medida que avanza el año y, a pesar de su derrota frente al Bayern de Múnich en el descuento, el equipo alemán solo ha cosechado dos derrotas de todos los encuentros que ha disputado en Busdesliga, Europa League y DFB-Pokal desde el comienzo de temporada, lo que se traduce en dos derrotas de 20 encuentros.
La pizarra del holandés funciona a las mil maravillas, algo que se traduce en resultados. Tras el paso del nacido en Apeldoorn por Dortmund, su media de puntos por partido ha aumentado de forma notable, teniendo 2,00 P.P.P(puntos por partido) en su primera temporada, 1,85 P.P.P en la pasada campaña y 2,15 P.P.P en la 20/21.
El juego de Peter Bosz se puede definir como arriesgado y ofensivo. Partiendo de un 1-4-3-3 de base, el esquema del ex del Ajax muestra una competitividad elevadísima, una presión exigente y un fútbol exquisito. En cuanto al modo de juego, al equipo de Leverkusen le gusta atraer al rival hasta las cercanías de su área para sacar el balón jugado mediante la búsqueda del hombre libre para, así, buscar superioridad y avanzar líneas. En la salida de balón tienen una vital importancia el portero (Hradecky) y los centrales, quienes tendrán que arriesgar para que el equipo avance. Para lograr esta superioridad encontramos al pivote, papel que interpreta actualmente Baumgartlinger, posiblemente por las lesiones de Exequiel Palacios y Charles Aránguiz. Otro recurso de Los Obreros es avanzar mediante el envío del balón a Patrik Schick, delantero de 1´87 capaz de hacer progresar el juego a partir de su capacidad para bajar el balón de los envíos largos.
Una vez superada esta línea, nos encontramos con los interiores, posiciones que suelen ocupar Florian Wirtz, la perla del fútbol alemán, y Nadiem Amiri. Estos mediocampistas, que tienen una capacidad ofensiva y una verticalidad diferencial, hacen al equipo progresar mediante sus constantes movimientos posicionales, intercalando alturas en el campo para, así, buscar los huecos en la columna vertebral de los equipos rivales, aspecto al que ayuda la extensión del rival que da el delantero, puesto que se intercambian Alario y Schick. Si se habla de Wirtz, se habla de un mediocentro ofensivo de 17 años capaz de filtrar pases donde a otros ni se les ocurriría, capaz de ganar duelos mediante su potente tren inferior y poseedor de una visión de juego inconcebible a su edad. Además, su capacidad de generar goles es crucial, aspecto que se representa en el récord que posee desde hace medio año, cuando se convirtió en el goleador más joven del Bayer y de la Bundesliga, este último arrebatado por Moukoko hace cuatro días.
Para complementar la visión de Wirtz y Amiri, que tampoco se queda corto, el equipo de la farmacéutica cuenta con Diaby y Leon Bailey, dos futbolistas con una capacidad de desborde por cualidades físicas y técnicas determinantes, además del eterno Bellarabi y de Paulinho, promesa brasileña que se encuentra lesionada. Estos extremos varían sus movimientos en el campo de manera frecuente. A veces se incorporan al carril central, dejando las bandas libres para permitir la incoporación los laterales, Sinkgraven en la izquierda y Lars Bender-Dragovic en la derecha y así sumar efectivos en ataque. Otras veces se sitúan en las líneas de cal de las bandas, como fichas en una pizarra, ensanchando el campo para, a posteriori, trazar desmarques, normalmente diagonales de ruptura que permitan la filtración de pases a espaldas de la defensa rival.
En el aspecto defensivo, a pesar de poder ser una herramienta ofensiva, el Bayer 04 utiliza una presión muy alta, que requiere mucha exigencia física y coordinación entre compañeros, que le permita defender en bloque alto. El riesgo de esta presión es elevado, ya que una mala coordinación entre compañeros, un mal movimiento o un despiste pueden provocar un prometedor ataque rival. Además, el empleo de interiores demasiado ofensivos puede desembocar en una presión desmedida que provoque la progresión rival. El equipo de Westfalia pretende aislar al rival en salida de balón hacia un rincón para, mediante la basculación, sumar jugadores en esta zona y robar la pelota.
Al disminuir la altura de la defensa se pone de manifiesto uno de los puntos débiles de la zaga del Leverkusen, la defensa en área o bloque bajo, ya que sus centrales, normalmente el joven Tapsoba acompañado de Tah o Sven Bender, son especialistas en las salidas-anticipaciones hacia delante, en ser veloces en los saltos para el corte, pero no tanto en hacerse fuertes en el área, escoger los mejores posicionamientos ni mantener una correcta estructura defensiva.
Tras pérdida de balón, el equipo emplea la contrapresión, método que le sirve para defenderse y atacar, ya que, al ejercer esta asidua y exigente presión para recuperar el balón justo después de haberlo perdido, puede generar fallos en la salida de balón rival y recuperar la posesión en zonas que ponen en peligro la portería rival.
Llegados a este punto, es el momento de reflexionar sobre la proyección a medio-largo plazo del equipo de Peter Bosz, plagado de juventud. ¿Será capaz de consolidarse en la zona hasta ahora dominada por Leipzig y BVB? ¿Podrá asaltar el puesto de subcampeón como hizo a de manera constante a finales de los 90? Lo que está claro es que el conjunto del BayArena nos proporcionará mucho entretenimiento y, quién sabe si alguna sorpresa.