Manu García: Una leyenda viva del Deportivo Alavés

En el último encuentro del Deportivo Alavés, su capitán Manu García llegó a la redonda cifra de 300 partidos con el equipo albiazul. Un jugador que ya es emblema del club desde que llegó, cuando aún estaban en Segunda División “B”.

Para contar la historia reciente del club vasco hay que sacar a la palestra un nombre propio que se ha convertido en toda una leyenda, tanto como en el terreno de juego, por su estilo en el verde, como fuera, para los aficionados. En 2013, un joven Manu García llegó con 26 años a un equipo histórico que, por diferentes circunstancias en relación a la directiva, vagabundeaba por la Segunda División “B”. Su debut en ese mismo año se oficializó contra el Barakaldo, partido en el que jugó los 90 minutos completos y cuajando una actuación que le valió la titularidad con Natxo González como entrenador.

La carrera del pivote español ha estado marcada, ante todo, por ascensos con el equipo vitoriano. En la misma temporada en la que llega, el conjunto albiazul consiguió ascender a la categoría de plata del fútbol español. Después del ascenso, el club alavesista vagó por la media tabla de Segunda División hasta que, con Pepe Bordalás, llegó el ascenso directo y la vuelta de los babazorros a Primera. En la misma campaña de la promoción de ascenso a LaLiga Santander, con Mauricio Pellegrino al cargo del equipo, llegó uno de los hitos más importantes del club en su historia, la final de Copa del Rey, con Manu García como estandarte del equipo. A parte de una histórica novena plaza que, por poco, no fue suficiente para alcanzar un puesto en Europa.

Por esto y mucho más, Manu García es considerado como una leyenda viva entre todos los aficionados, después de haber conseguido los 300 partidos como albiazul, una cifra memorable para el jugador español.

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