Se acercan las jornadas finales de LaLiga, y con esto se acercan los partidos más decisivos del año, en los que los poderosos lucharán por el título, otros por alcanzar posiciones europeas y otros tantos por salvarse del descenso a LaLiga SmartBank.
Es entonces, en esta última situación, cuando los equipos de la parte baja se lo juegan todo, cuando los minutos de cada jornada pasan volando y más aún cuando el marcador está en contra, momento en el que los futbolistas, y sobre todo los aficionados, intentan ampararse en la esperanza y ser positivos cuando más complicado es.
Actualmente, tras 31 jornadas disputadas, Eibar, Elche, Real Valladolid, Huesca, Alavés y, quizá Getafe, son los equipos que lo darán todo para evitar la caída a la Segunda División española. Si se analizan uno por uno los contextos de cada uno de estos, se pueden observar casos muy diferentes.
Eibar, Elche y Valladolid serían los destinados a descender si no hay cambios en el orden clasificatorio de aquí al final de temporada. El primero de estos, con 23 puntos, parece el equipo con mayor probabilidad de descender, dada en gran parte por su dificultad para ganar encuentros, ya que solo ha podido ganar cuatro en lo que va de curso. Encima de este se encontraría el Elche, que, con 26 puntos, podría descender en su primera temporada en la primera competición española desde 2015. Por último, el Real Valladolid, que ocupa el 18 puesto con 27 puntos, es otro de los clubes que más complicado lo tiene para salvarse. Este parte con ventaja, debido a que tiene pendiente un partido más que sus rivales.
Fuera de esta zona se encuentran Huesca y Alavés con 27 puntos, el primero de estos en su mejor momento de la temporada, causado por factores como la llegada de Pacheta o la explosión de Rafa Mir. En cambio, el Alavés solo ha ganado dos encuentros en lo que va de año, por lo que su situación parece más complicada. Cuatro puntos por encima se encuentra el Getafe, que es el mejor situado a falta de siete jornadas para el fin de LaLiga pero, aún así, no puede relajarse ya que sus rivales están en un escenario de vida o muerte.