Análisis| Los problemas que están condenando a España

La selección española no está en una buena situación ni a nivel de juego ni a nivel de resultados. La situación es crítica pero no definitiva, ya que ganando a Eslovaquia el próximo miércoles la clasificación a los octavos de final no peligraría. Incluso empatando de nuevo, con una serie de carambolas, España podría clasificarse como una de las mejores terceras. De momento, los nuestros solo suman dos puntos en dos jornadas de esta EURO 2020 tras empatar 0-0 con Suecia y 1-1 con Polonia.

Luis Enrique y sus jugadores aludieron en el primer partido ante los suecos a que no habían conseguido un mejor resultado debido a «la mala suerte y el mal estado del césped» y, en este segundo frente a los polacos siguieron el mismo discurso para «excusarse» de alguna manera. Pero, ¿cuáles son las adversidades reales que están afectando a la selección?

La primera es la falta de un «once tipo». Es decir, unos jugadores que se sepa que van a partir de titulares en todos los encuentros, una columna vertebral. La selección española no tiene un equipo que se pueda recitar de carrerilla como sí tienen otras grandes selecciones como Francia o Portugal. La afición tampoco tiene claro los jugadores claves en España, igual que Luis Enrique. Y que no lo sepa el entrenador es un problemón.

Otra gran adversidad que padece el grupo entrenado por Luis Enrique es la ausencia de un «plan B». Una vez que los equipos rivales se encierran en su campo con las líneas bien juntas, la selección se atasca y es incapaz de generar ocasiones claras de gol. La circulación de balón en estos dos partidos en muchas ocasiones ha sido lenta y la falta de desborde e ideas por parte de los extremos y centrocampistas ha sido criminal para el devenir de los encuentros. Se ha demostrado que tener mucho la posesión del balón (España es la selección con un índice de posesión por partido más alto de todo el torneo) no es sinónimo de victoria.

El inconveniente más evidente es la falta de gol. La selección española es deficiente a la hora de encontrar el gol debido a la escasa profundidad que es capaz de crear y al escaso acierto de los delanteros. Ni los extremos ni los centrocampistas, a excepción de Dani Olmo, se atreven con el disparo a media-larga distancia y los arietes como Morata o Gerard Moreno tampoco están finos. La prueba más clara la encontramos en el penalti fallado contra Polonia. El del Villarreal estrelló la pelota en el palo y Morata en el rechace, con la portería completamente vacía, la tiró fuera.

También nos encontramos con trabas defensivamente hablando. La importantísima ausencia de Ramos (líder y capitán) ha llevado a que los centrales titulares sean Pau Torres y Aymeric Laporte. Una pareja que en los dos partidos que llevamos se está mostrando poco agresiva, permitiendo pocas ocasiones de gol, pero muy claras. El gol de Lewandowski es un magnífico ejemplo de la afabilidad de la defesa española, donde el delantero polaco empuja levemente a Laporte y consigue rematar cómodamente para anotar el tanto.

Estos problemas acusan a la selección española en cada partido y, por el momento, Luis Enrique no ha sido capaz de solucionarlos. Precisamente, el técnico asturiano está recibiendo muchas críticas por sus decisiones tácticas a la hora de confiar en Morata o de situar a Llorente en el lateral derecho, por ejemplo. Alguno sectores de la afición o de los medios de comunicación sugieren que los malos resultados cosechados se deben a que hay ausencias imperdonables en la lista (Aspas, Nacho o Navas), mientras que otros apelan a que la actual generación de jugadores española no da más de sí. Definitivamente y lo único que sabemos al 100% es que estos son los integrantes de la convocatoria y ellos serán los culpables (para bien o para mal) de los resultados de «La Roja».

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