Opinión| Esta España sí que nos engancha

El blanco nos sienta de maravilla. Los soldados de Luis Enrique son otros cuando lo llevan. Dos partidos, diez goles. Una versión arrolladora y una personalidad tan grande que nos da pequeños destellos de la vieja amiga que se paseaba por los campos de Europa y de todo el mundo. Esta vez nos tocó pasar un duro peaje contra una Croacia siempre combativa que nos tuvo contra las cuerdas en muchos momentos.

El fantasma de los octavos nos volvía a acechar de nuevo en otro campeonato importante. Visto lo visto en la fase de grupos, nadie daba un duro por esta selección ni sus jugadores, los cuales tiraron de orgullo y galones para demostrar el por qué fueron los elegidos y que no fue ninguna casualidad que estuvieran en el verde defendiendo a todo un país.

Después de dos empates en los primeros partidos, el proyecto de Luis Enrique se tambaleaba más que nunca, con un equipo sin alma ni pegada que no acababa de arrancar. En la emblemática Cartuja de Sevilla y bajo el respaldo de un público más que sobresaliente y caluroso, todo hacía indicar que disfrutaríamos a lo grande del ‘trámite’ que suponía a nuestros chicos jugar en un grupo aparentemente sencillo.

Luego despertamos. Un cuestionadísimo Luis Enrique tuvo que sudar la gota gorda para dar con la tecla en el último y decisivo partido. Finalmente, la vestimenta era la clave. Como cuando un superhéroe se pone el traje y se transforma, el equipo mostró una versión que pocas veces habíamos visto, con gran juego de balón y una pegada espectacular.

¿No queríamos goles? Pues toma dos tazas. Cinco a Eslovaquia y cinco a Croacia. Diez tantos que nos permiten obtener la licencia para soñar con esta maravillosa Eurocopa. Contra la selección de Dalic nos hizo falta una agónica prórroga en la que el combinado español sacó la garra que le caracteriza para imponerse a Modric y lograr un merecido pase a cuartos de final.

Suiza es la elegida para este enfrentamiento tras eliminar heroicamente a la favorita Francia en los penaltis. Un épico día de fútbol en el que llegamos a ver la friolera de 14 goles en dos partidos. Fue uno de esos días en los que Florentino volvió a quedar retratado por su teoría de que ‘el fútbol aburre y no interesa’. La lucha y sacrificio de los más humildes es nuestro pan de cada día.

Dos de los partidos más épicos de la historia de la Eurocopa y una selección con una moral por las nubes para afrontar una nueva eliminatoria. Luis Enrique y Morata han recuperado el crédito y la confianza de la afición tras una maravillosa transformación en muy poco tiempo. Esta España sí nos gusta, nos emociona y, sobre todo, nos engancha.

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