Tras una temporada 2018/2019 sufrida y trabajada, donde consiguió salvarse a falta de dos jornadas, el Real Valladolid Club de Fútbol buscaba sufrir menos durante la presente campaña. El objetivo, la salvación temprana, todavía no es real matemáticamente hablando, por lo que el final de temporada se muestra determinante para el futuro del club.
Estilo de juego
El equipo dirigido por Sergio González se caracteriza por ser un 4-4-2, esquema muy utilizado por el entrenador gracias a su preferencia por jugar con dos delanteros. La principal fortaleza del Valladolid reside una vez más en ese bloque, que defiende y ataca juntos. Destaca la asociación en el centro del campo de Rubén Alcaraz y Míchel, que le dan sentido y orden al juego del equipo.
Claves ofensivas
En ataque destaca la dupla que forman Enes Ünal y Sergi Guardiola. Entre los dos arietes suman casi la mitad de los goles a favor del equipo (10 de 23), y han participado en casi todos los encuentros. Gracias a las incorporaciones en banda de jugadores como Óscar Plano o Toni Villa, los pucelanos son más incisivos que la temporada pasada, aunque le sigue faltando algo de acierto de cara a portería.
Claves defensivas
La defensa es una de las bazas del Valladolid, que caracteriza por ser un equipo rocoso, desplegando un juego más físico para permitir salir rápido al contragolpe. Entre otros, gracias al portero Jordi Masip, es actualmente el equipo menos goleado de la segunda mitad de la tabla, con tan solo 33 goles encajados. El eje de la zaga se muestra fuerte con Kiko Olivas y Mohammed Salisu, siendo este último una de las grandes revelaciones de La Liga.
Previsión antes de la temporada
Desde el pasado verano, el club de Ronaldo Nazário se ha reforzado con jugadores como Pablo Hervías, procedente de la SD Eibar, o Sandro Ramírez, cedido por el Everton FC, para tener más acierto de cara al gol. Esta era la faceta del equipo que más necesaria se veía desde fuera, por lo que la afición volvió a ilusionarse de cara a la temporada que comenzaba. También llegaron cesiones como Andriy Lunin, portero madridista, o Pedro Porro, del Manchester City, para apuntalar la parcela defensiva.
Objetivos
Como se ha mencionado anteriormente, el principal objetivo era conseguir la permanencia cuanto antes para poder sellar un año más en la máxima categoría del fútbol español. Según declaraciones de su presidente, este podría ser el año de la transición: en caso de salvarse, el Valladolid pondría en marcha un proyecto más ilusionante aún para el año siguiente. Esto debería ser suficiente para motivar a una plantilla que sueña con mantenerse en LaLiga una temporada más.
Previsión hasta final de temporada
Actualmente, el Valladolid tiene 29 puntos, todavía lejos de los 38-40 puntos que suelen ser necesarios para certificar la permanencia matemática en la categoría. Además de esto, se encuentra sólo cuatro puntos por encima del descenso, lo que no da sensación de seguridad en Pucela. Entre otros aspectos, se ha caracterizado por un equilibrio de puntos conseguidos como local y como visitante. Por ello, tal vez la oportunidad de convertir el José Zorrilla en un fortín no se esté aprovechando al máximo, para lo cual se hace imprescindible el apoyo de la afición. Si consiguen encarrilar los próximos encuentros con regularidad, cualidad que no ha destacado en el club durante la temporada, se puede conseguir un final tranquilo de Liga.