Todos somos conocedores de que en el mundo del fútbol no hay lugar para el racismo.
Anoche mientras se disputaba la última jornada de la fase de grupos de la Champions, se produjo uno de los capítulos más oscuros de la competición continental.
La reacción de los jugadores tanto del PSG, como del Istambul ante este acto fue sublime. Tras escuchar como Coltescu, el cuarto árbitro, se dirigía al colegiado refiriéndose al delegado del Istambul, Webó, como “negro”, el estadio se vino abajo. Tanto jugadores como cuerpos técnicos lanzaron un puñado interminable de críticas ante el término que utilizó para referirse a Webó.
La razón por la que se dirigió hacia Webó fue porque cuando corría el minuto 20 se produjo una falta, la que reclamó con entusiasmo el ex del Mallorca y Osasuna. La reprimenda parecía quedarse ahí, en una simple queja, pero no fue así. Coltescu advirtió de lo que estaba pasando al colegiado, pero hizo uso del adjetivo equivocado para referirse a Webó al utilizar el término ”negro”. La respuesta del delegado fue inmediata pues bajó con rapidez en busca de respuesta por parte del cuarto árbitro preguntándole reiteradas veces “¿Por qué me llamas negro?”, pregunta que tuvo como respuesta, “Estamos hablando en rumano y allí negro hace referencia al color de piel”. Esa fue la excusa por parte de Coltescu.
Ante esto los jugadores decidieron retirarse del terreno de juego y suspender el partido ya que consideraban inaceptable lo sucedido.
Jugadores de la talla de Neymar y Mbappé se manifestaban en defensa de Webó liderando la lucha contra el racismo con declaraciones como “si este chico no se va, no jugamos” por parte del brasileño y “si ha dicho eso se tiene que ir” del francés.
Las palabras de Coltescu causaron furor durante el encuentro, pero esto ha servido para dejar en claro que un acto racista es intolerable dentro del mundo del fútbol y que cada vez se toman más medidas en contra de él. Es por ello por lo que el ambiente futbolístico tiene que estar orgulloso de la actuación de ambos equipos ante semejante suceso, comandando una lucha de la que todos debemos ser partícipes.