El Athletic se impuso al Alavés en una ajustada victoria en el derbi vasco. Los de Marcelino no tuvieron excesivos problemas para hacerse con los tres puntos. Durante el partido, el que destacó por encima del resto fue Iñigo Lekue, que una vez más completó un partido por encima de las expectativas.
El canterano subió al primer equipo en 2015, debutando en la derrota contra el Eibar en la segunda jornada de la temporada 15-16. Con Oscar de Marcos como competencia, fue alternando la titularidad con el banquillo en su primer año. Su progresión fue alcanzando cotas mayores hasta la temporada 18-19, en la que una grave lesión le mantuvo apartado casi toda la competición. Desde entonces, su presencia en el campo se ha reducido drásticamente, pasando a ser una opción para las rotaciones.
En la presente campaña, la situación con Lekue iba a ser la misma. Con su polivalencia puede ser capaz de jugar en ambas bandas, y por ese motivo el técnico le ha mantenido en la plantilla. Sin embargo, con de Marcos, Ander Capa y el recién llegado Alex Petxarroman, sus opciones se reducían en gran medida y únicamente podía optar a pelear por la banda izquierda con Balenziaga.
No obstante, las lesiones de los laterales le dieron una nueva oportunidad, aprovechando la situación con creces. Se ha convertido en un seguro defensivo, recuperando una versión que pocos esperaban. Incluso en el partido contra los babazorros dio la asistencia con un gran centro que permitió a Raúl García anotar el tanto de la victoria.
Con tres puntos importantes que olvidan la decepción ante el Rayo, los bilbaínos tienen 20 días de vacaciones con el parón de selecciones y el aplazamiento del partido contra el Real Madrid. El siguiente duelo será frente al Villareal en San Mamés.