Vicente Moreno llegó a los banquillos del conjunto mallorquinista en 2017. En esa etapa de tres años como técnico, el valenciano consiguió hacer un bloque trabajador, unido y ganador. Un equipo reconocido e imbatible en Son Moix.
Sin embargo, una retahíla de derrotas como visitante dejan lejos de la perfección la andadura de Moreno en los banquillos del Mallorca. Por mucho que se consiguieran dos ascensos seguidos, de Segunda B a Primera División en dos años, el equipo balear se sentía incómodo e impotente siempre que le tocaba competir lejos de la isla. Parte de la culpa de esa tendencia negativa, evidentemente, la tenía el entrenador. Un problema psicológico, táctico… Sea cual fuere la causa, era un hecho que no dejaba indiferente a ningún aficionado ‘bermellón’.
Pruebas fehacientes de ello son los datos, ni más ni menos. En Segunda División, el elenco mallorquín consiguió un total de cuatro victorias como visitante, ocho empates y nueve derrotas en 21 jornadas. Es decir, 20 puntos de 63 posibles. En el año siguiente, en la categoría de oro, el cuadro insular consiguió una victoria, tres empates y quince derrotas en 19 jornadas como visitante. Seis puntos de 57 posibles.
En la temporada 2020/2021, los números no dejan lugar a dudas de que el sucesor de Moreno en los banquillos, Luis García Plaza, le ha cambiado la cara al equipo cuando no juega en su casa. Son nueve las jornadas que ha disputado el Mallorca este año como visitante y ya ha mejorado la última campaña de Moreno en Segunda División.
El técnico madrileño ha conseguido 21 puntos, uno más que Moreno con doce jornadas menos. Seis victorias y tres empates en nueve partidos disputados. La mano de García Plaza ha ayudado a afrontar los encuentros a domicilio de una manera diferente, con más valentía, con más orden y manejando perfectamente los tiempos de los partidos. Lo que es seguro es que aquel equipo pusilánime de las dos últimas temporadas, tanto en primera como en segunda que bajaba los brazos en el Carlos Belmonte, que le faltaba garra en Balaídos o que ni parecía estar presente en el José Zorilla ha desaparecido de manera total y en nada se asemeja con el actual.